1. ESTRUCTURA Y CARACTERÍSTICAS DE LA EDUCACIÓN BÁSICA.
La educación básica y la educación media superior conforman la educación
obligatoria. La educación básica abarca la formación escolar de los niños desde
los tres a los quince años de edad y se cursa a lo largo de doce grados, distribuidos
en tres niveles educativos: tres grados de educación preescolar, seis de educación
primaria y tres de educación secundaria. Estos tres niveles, a su vez, están organizados
en cuatro etapas, como se muestra en el esquema de la siguiente página.
Las etapas corresponden a estadios del desarrollo infantil y juvenil, y las descripciones
de ellas que se ofrecen a continuación son generales, sin embargo ayudan
a conceptualizar ampliamente a niños y jóvenes por grupo de edad. No pretenden
estereotipar y es importante que estas no desdibujen la individualidad
de cada alumno. La gran diversidad de las personas hace necesario ir más allá de
las definiciones por etapa para comprender las necesidades y características
de cada estudiante.
La primera etapa va desde cero a los tres años de edad. Es la etapa de
más cambios en el ser humano. Entre los tres y los cuatro años de edad, el año
transicional entre la educación inicial y la educación preescolar, los niños están
muy activos y disfrutan aprendiendo nuevas habilidades, sus destrezas lingüísticas
se desarrollan rápidamente, su motricidad fina de manos y dedos avanza
notablemente, se frustran con facilidad y siguen siendo muy dependientes, pero
también comienzan a mostrar iniciativa y a actuar con independencia.
Durante la segunda etapa, que comprende del segundo grado de preescolar
al segundo grado de educación primaria, hay un importante desarrollo de
la imaginación de los niños. Tienen lapsos de atención más largos y de mucha
energía física. Asimismo, este es el periodo de apropiación del lenguaje escrito,
en el que se enfrentan a la variedad de sistemas de signos que lo integran y
tienen necesidad de interpretar y producir textos. También crece su curiosidad
acerca de la gente y de cómo funciona el mundo.
A partir de la tercera etapa, que consta de los últimos cuatro grados de
la educación primaria, los niños van ganando independencia respecto a los
adultos. Desarrollan un sentido más profundo del bien y del mal. Comienza
su percepción del futuro. Tienen mayor necesidad de ser queridos y aceptados
por sus pares. Desarrollan el sentido de grupo y es momento de afianzar
las habilidades de colaboración. Muestran gran potencial para desarrollar sus
capacidades cognitivas.
La cuarta etapa abarca los tres grados de la educación secundaria y el
comienzo de la educación media superior. Es un momento de afianzamiento de
la identidad. En esta etapa, los jóvenes disfrutan de compartir tiempo y aficiones
con sus pares. Buscan mayor independencia de los adultos y están dispuestos a
tomar mayores riesgos. Se identifican con adultos distintos de sus familiares y
pueden adoptarlos como modelo
Les cuesta trabajo la comunicación directa con
sus mayores, pero desarrollan capacidad argumentativa y se valen del lenguaje para
luchar por las causas que les parecen justas. Cuestionan reglas que antes seguían.
Tienen un desarrollo físico muy notable y desarrollan sus caracteres sexuales
secundarios. Además, estudios recientes demuestran que el cerebro adolescente
tiene una gran actividad neuronal; sus conexiones cerebrales, o sinapsis, empiezan
un proceso para desechar las no utilizadas y conservar en funcionamiento las
conexiones más eficientes e integradas.
Se llama grado transicional al primer ciclo escolar que un estudiante
cursa en un nivel educativo, porque marca el tránsito de un nivel educativo
a otro. Por ello requiere de atención especial pues representa un reto importante
para el estudiante ajustarse a las demandas del nuevo nivel que habrá
de cursar.
2. NIVELES DE LA EDUCACIÓN BÁSICA
Educación inicial: un buen comienzo
En México, hasta los años ochenta, se reconoció el sentido educativo de la atención
a niños de cero a tres años que, hasta entonces, había tenido un sentido
meramente asistencial para favorecer una crianza sana.
Más de treinta años después, una gran variedad de estudios o publicaciones
realizados en diversas disciplinas muestran que el aprendizaje comienza
con la vida misma y que, por ello, los primeros cinco años son críticos para el
desarrollo de los niños.42
Hoy se sabe que en esos años ocurren en el cerebro humano múltiples
transformaciones, algunas de ellas resultado de la genética, pero otras producto
del entorno en el que el niño se desenvuelve. Durante este periodo, los niños
aprenden a una velocidad mayor que en cualquier otro momento de sus vidas. Es
cuando se desarrollan las habilidades para pensar, hablar, aprender y razonar, que
tienen un gran impacto sobre el comportamiento presente y futuro de los niños.
La gran plasticidad del cerebro infantil no es suficiente para lograr los aprendizajes
que deben ocurrir en esa etapa. Establecer los cimientos del aprendizaje para
etapas posteriores depende de que los niños se desenvuelvan en un ambiente
afectivo y estimulante. Este ambiente no es exclusivo del ámbito escolar, se
encuentra en distintos espacios y en una variedad de formas complejas de interacción
social, como muestra el siguiente esquema.
En el sentido anterior y para el ámbito curricular, de los cero a los tres años, a los
que la GEL denomina “educación inicial”, la SEP ha expedido criterios pedagógicos
para la atención educativa de la primera infancia, que son completamente
compatibles con las ideas desarrolladas en este Plan.
45 Si bien la educación
inicial no forma parte de la educación básica, sí es un buen comienzo que ofrece
cimientos sólidos a la educación obligatoria.
Educación preescolar
La importancia de hacer obligatoria la educación preescolar en México se
comenzó a discutir en el Congreso en el año 2001 y su obligatoriedad empezó
a operar en el ciclo escolar 2004-2005. Este hito suscitó importantes cambios
en ese nivel educativo. En particular generó un importante crecimiento de la
matrícula: 28.5% en doce años. Hoy 231 000 educadoras atienden a más de
4.8 millones de alumnos, en casi 90000 escuelas.46 La obligatoriedad de la educación
preescolar trajo, además del crecimiento de la matrícula, el replanteamiento
del enfoque pedagógico. Se pasó de una visión muy centrada “en los cantos
y juegos”, y en el desarrollo de la motricidad fina y gruesa, a otra que destacó la
importancia de educar a los niños integralmente, es decir, reconoció el valor
de desarrollar los aspectos cognitivos y emocionales de los alumnos.
Considerar que los niños son sujetos activos, pensantes, con capacidades y
potencial para aprender en interacción con su entorno, y que los procesos de desarrollo
y aprendizaje se interrelacionan e influyen mutuamente es la visión que sustenta
este Plan. Con esta perspectiva se da continuidad al proyecto de transformación de
las concepciones sobre los niños, sus procesos de aprendizaje y las prácticas pedagógicas
en la educación preescolar, impulsado en nuestro país desde el año 2002.
En los procesos de aprendizaje y desarrollo de los niños hay pautas que
permiten identificar determinados logros en edades aproximadas (por ejemplo,
sentarse, empezar a caminar y a hablar). Sin embargo, los logros no se alcanzan
invariablemente a la misma edad.
Las experiencias e interacciones con el medio
físico y social (cultural) en que se desenvuelve cada niño son un estímulo fundamental
para fortalecer y ampliar sus capacidades, conocimientos, habilidades
y valores; además, factores biológicos (genéticos) influyen en las diferencias de
desarrollo entre los niños.
Esta perspectiva es acorde con aportes de investigación recientes que
sostienen que en los primeros cinco años de vida se forman las bases del desarrollo
de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social. Por ello, y
teniendo en cuenta que en México los niños son sujetos de derechos y que la
educación es uno de ellos, la educación preescolar tiene lugar en una etapa fundamental
de su formación.
Cuando ingresan a la educación preescolar, tienen conocimientos, habilidades
y experiencias muy diversas que son la base para fortalecer sus capacidades.
Cursar una educación preescolar de calidad influye positivamente en su vida y en
su desempeño durante los primeros años de la educación primaria por tener efectos
positivos en el desarrollo cognitivo, emocional y social, como los siguientes: Representa oportunidades de extender su ámbito de relaciones
con otros niños y adultos en un ambiente de seguridad y confianza,
de contacto y exploración del mundo natural y social, de observar y
manipular objetos y materiales de uso cotidiano, de ampliar su conocimiento
concreto acerca del mundo que los rodea y desarrollar las
capacidades para obtener información intencionalmente, formularse
preguntas, poner a prueba lo que saben y piensan, deducir y generalizar,
reformular sus explicaciones y familiarizarse con la lectura y
la escritura como herramientas fundamentales del aprendizaje.
s La convivencia y las interacciones en los juegos entre pares,
construyen la identidad personal, aprenden a actuar con mayor autonomía,
a apreciar las diferencias y a ser sensibles a las necesidades de
los demás.
Aprenden que las formas de comportarse
en casa y en la
escuela son distintas y están sujetas a ciertas reglas que deben atenderse
para convivir como parte de una sociedad.
Aspirar a que todos los niños tengan oportunidades y experiencias como
las anteriores da significado a la función democratizadora de la educación
preescolar; contribuye a que quienes provienen de ambientes poco estimulantes
encuentren en el jardín de niños oportunidades para desenvolverse,
expresarse y aprender. La interacción entre iguales permite que los niños se
escuchen, expresen sus ideas, planteen preguntas, expliquen lo que piensan
acerca de algo que llama su atención, se apoyen, colaboren y aprendan
juntos.
El lenguaje, prioridad en la educación preescolar
Los niños aprenden a hablar en las interacciones sociales: amplían su vocabulario
y construyen significados, estructuran lo que piensan y quieren
comunicar, se dirigen a las personas de formas particulares. Desarrollan la
capacidad de pensar en la medida en la que hablan (piensan en voz alta mientras
juegan con un objeto, lo mueven, lo exploran, lo desarman; comentan
algunas acciones que realizan, se quedan pensando mientras observan más
los detalles, continúan pensando y hablando).
El lenguaje es una herramienta
del pensamiento que ayuda a comprender, aclarar y enfocar lo que pasa
por la mente.
Cuando ingresan a la educación preescolar, hay niños que hablan
mucho; algunos de los más pequeños, o quienes proceden de ambientes
con escasas oportunidades para conversar, se dan a entender en cuestiones
básicas y hay quienes tienen dificultades para pronunciar algunas palabras
o enunciar ideas completas. En el jardín de niños debe promoverse de
manera sistemática e intencionada el desarrollo del lenguaje (oral y escrito),
porque es una herramienta indispensable del pensamiento, el aprendizaje
y la socialización.
Los motivos por los que hablan son muchos, por ejemplo: para narrar
sucesos que les importan o los afectan; comentar noticias; conversar acerca
de algo que leyeron en grupo con su maestra o de cambios que observan en
el transcurso de situaciones de exploración de la naturaleza; enunciar descripciones
de producciones pictóricas o escultóricas de su propia creación ante
los compañeros; dar explicaciones de procedimientos para armar juguetes;
entablar discusiones entre compañeros de lo que suponen que va a ocurrir en
ciertas situaciones experimentales (una fruta que se deja en condiciones de
calor por varios días) y explorar el uso de fuentes de consulta en las que puedan
informarse al respecto.
La función de la escuela es abrir a los niños oportunidades
para que desplieguen sus potencialidades de aprendizaje y, en este
proceso, el lenguaje juega un papel fundamental.
Los desafíos de la educación preescolar en los contextos actuales
Los cambios sociales y culturales de las últimas décadas, la incorporación creciente
de las mujeres al trabajo, las transformaciones en las formas de organización
familiar, la pobreza y la desigualdad social, la violencia y la inseguridad
influyen en la manera en la que se desenvuelven los niños en su vida personal y
en sus formas de proceder y comportarse en la escuela.
Las pautas de crianza incluyen el cuidado y la atención que los adultos
brindan a las necesidades y deseos de cada niño. Las interacciones y el uso del
lenguaje, las actitudes que asumen ante sus distintas formas de reaccionar
influyen no solo en el comportamiento de los niños desde muy pequeños, sino
también en el desarrollo del lenguaje y, por lo tanto, de las capacidades del
pensamiento, aspectos íntimamente relacionados.
Por las circunstancias familiares en las que se desenvuelven, hay niños
que tienen oportunidades de realizar actividades físicas o jugar libremente,
interactuar con otros niños, asistir a eventos culturales, pasear, conversar;
también hay niños con escasas oportunidades para ello y niños en contextos de
pobreza que no solo carecen de satisfactores de sus necesidades básicas, sino
que afrontan situaciones de abandono, maltrato o violencia familiar.
En esas
condiciones se limitan las posibilidades para un desarrollo cognitivo, emocional,
físico y social sano y equilibrado.
La diversidad de la población infantil que accede a este nivel educativo
impone desafíos a la atención pedagógica y a la intervención docente,
bajo el principio de que todos los preescolares —independientemente de las
condiciones de su origen— tienen derecho a recibir educación de calidad y a
tener oportunidades para continuar su desarrollo y avanzar en sus procesos de
aprendizaje. Para responder a estos desafíos, la educación preescolar, como
fundamento de la educación básica, se enfoca en el desarrollo del lenguaje
y de las capacidades para aprender permanentemente, y en la formación de
valores y actitudes favorables para una sana convivencia y una vida democrá-
tica. De esta manera se estarán construyendo en los niños los cimientos para
un presente y futuro mejores.
Las educadoras deben tener en cuenta que,
para quienes llegan al jardín de niños y viven en situación de riesgo, la primera
experiencia escolar —con una intervención adecuada y de calidad— puede
favorecer el desarrollo de la capacidad para enfrentar, sobreponerse y superar
situaciones adversas derivadas de circunstancias familiares. La educación
preescolar puede, además, influir para reducir el riesgo de fracaso cuando
accedan a niveles posteriores de escolaridad.
En contextos adversos, en donde se concentran poblaciones infantiles
vulnerables, ya sea por bajo desarrollo, pobreza, aislamiento, violencia o delincuencia,
la escuela debe actuar como unidad y buscar la forma de influir hacia
afuera, hacia las familias y el entorno, en relación con un buen trato, respeto
mutuo, cooperación y colaboración en beneficio de los aprendizajes y las
formas de relación con los niños. Las autoridades educativas también deben
conocer las condiciones complejas de algunas escuelas y estar presentes y preparadas
para resolver conflictos que se presenten.
El primer grado de educación preescolar, un grado transicional
Si las experiencias en los primeros años de vida son fundamentales en el
desarrollo, los sistemas que atienden los aspectos de cuidado infantil, alimentación,
salud e higiene, además de los educativos, son más exitosos que
aquellos que se centran solo en la crianza porque apuntan a la formación
integral de los niños.
Para garantizar el interés superior de la niñez, en el marco de la “Estrategia
Nacional de Inclusión”, se ha considerado la pertinencia de que la educación
inicial que reciben los niños de hasta tres años once meses y veintinueve
días, en los centros de atención infantil que no cuentan con servicios de educación
preescolar, pueda ser equiparable con el primer grado de dicho nivel educativo,
a efecto de que reciban la certificación del primer grado de preescolar.
En nuestro país, los centros de atención infantil se habían centrado tradicionamente
en los aspectos de cuidados básicos,48 a menudo limitados a la
higiene y la alimentación. No obstante, también hay instituciones que, desde
hace algún tiempo, además de brindar a las familias los servicios de cuidados
básicos, se han interesado por ampliar y mejorar la atención a los niños de tres
años, enriqueciendo el componente educativo de su oferta.
Los centros de educación inicial que atienden tanto a la crianza como
a la educación brindan mejor atención porque dan una formación integral.
En el caso de los centros de atención infantil, enriquecer el componente
educativo implicará las siguientes ventajas: Atención a la necesidad de ampliar las experiencias de los niños y
de lograr una mejor formación. Apoyo a las familias brindando la atención educativa adecuada para
los niños, al mismo tiempo que —por los horarios de atención— les
permitirán desarrollarse laboralmente. Acreditación del primer grado de educación preescolar en centros
de atención infantil, de manera que se facilite la transición
de los niños a los dos años restantes de educación preescolar en
otras instituciones.
En la SEP se ha tomado la determinación de orientar la formación de los niños y
de apoyar a los centros de atención infantil para fortalecer el aspecto educativo
en ellos. Por ello, una de las finalidades de este documento también es ofrecer
pautas y orientaciones para la atención de los niños en el primer grado de educación
preescolar en los centros de atención infantil. Estas orientaciones son
congruentes con el presente Plan.
Organización de actividades
Derivado de la revisión de varias propuestas educativas para niños de tres años
de edad en estancias infantiles, se ha observado que la duración de actividades
centradas en el aprendizaje tiende a ser corta (en caso de realizarse).
En los planteles de educación preescolar, de acuerdo con lo establecido
en este Plan, los niños dedican tres horas de la jornada a actividades de
aprendizaje.
Es importante que en los centros de atención infantil se adopten
las medidas necesarias para que los niños dediquen también al menos tres
horas diarias a actividades educativas para que se beneficien de ese tipo de
experiencias y que no se encuentren en desventaja respecto a los estudiantes
de educación preescolar, cuando se incorporen al segundo grado de este nivel
educativo. Ello implica lo siguiente: Garantizar que los niños cumplan con el ciclo escolar completo,
de acuerdo con el calendario escolar autorizado en la entidad federativa
que corresponda. Asegurar que los niños de tres años sean asignados a una misma
sala durante todo el ciclo escolar, la cual se denominará sala
de primer grado de educación preescolar, con la finalidad de que
tengan estabilidad con sus compañeros y los agentes educativos
a cargo, se puedan proponer experiencias de aprendizaje y desarrollo
significativas que tengan continuidad a lo largo del tiempo
y se logre evaluar a los niños con un enfoque formativo.
Otro aspecto que es muy importante tener en cuenta es que en la educación
preescolar se pretende el desarrollo general de las capacidades de los niños.
De ahí que no exista un programa de estudio, en el sentido de una secuencia
de temas. En la formulación de los Aprendizajes esperados el foco de atención
son las capacidades que los niños pueden desarrollar a lo largo de los tres grados
de la educación preescolar y antes de ingresar a la primaria, pero que para
desarrollarlas dependen del tipo de experiencias que vivan en las escuelas y en
los centros de atención infantil. Es sabido que algunos niños logran algunos
aprendizajes antes que otros, por ello es también muy importante que quienes
atienden a los niños de tres años observen cuidadosamente cómo participan y
cómo realizan las actividades que les proponen, para constatar que las experiencias
les aportan algo, en términos del desarrollo de sus capacidades, y para
decidir qué otras actividades pueden realizar los niños a continuación.
¿Qué se espera que logren los niños al terminar
el primer grado de educación preescolar?
Con el fin de mostrar la relación con los planteamientos de los programas de educación
preescolar, incluidos en el apartado de este volumen, los Aprendizajes
esperados que se presentan más adelante guardan la misma organización que los
Campos de Formación Académica y Áreas de Desarrollo de dichos programas y en
un nivel adecuado para ser alcanzado por los niños de tres años en los centros de
educación inicial.
EDUCACIÓN PRIMARIA
Los alumnos
En México más de 14.2 millones de alumnos estudian la primaria en 98 000
escuelas. Es el nivel educativo más grande de México, con cerca de 600 000
docentes. Hace apenas unas décadas, la mayoría de niños que ingresaban a la
primaria en nuestro país pisaban por primera vez una escuela. Hoy, cuando los
niños llegan a la educación primaria, la mayoría ha estado al menos un grado
en la educación preescolar, ocho de cada diez han estado dos grados y cuatro de
cada diez han cursado el nivel preescolar completo. Esos años les han servido
para interactuar con otros niños y adultos fuera de su círculo familiar, donde
comparten con otros la experiencia de ser alumnos, es decir, saben que acuden
a un espacio donde van a aprender de y con otros bajo la dirección de uno o
más maestros en el aula y la escuela. Si bien en este nuevo espacio los niños
encuentran una organización, normas y propósitos diferentes a las de su hogar,
estas no les son totalmente desconocidas.49
Nuevos retos
A pesar de la experiencia de escolarización previa, para muchos niños comenzar
la educación primaria implica afrontar varios desafíos. Aunque las escuelas
mantienen algunas características similares a las de los preescolares, la dinámica
en la escuela primaria es diferente: el espacio al que llegan es más grande; la
jornada, más larga, y la organización de las actividades, distinta. En la primaria
se relacionan con un mayor número de adultos (director, maestros, maestros
especialistas, personal administrativo) y de niños que acuden a la misma escuela,
algunos de ellos de su edad, pero la mayoría serán de uno a cinco años
mayores que ellos
El trato con los maestros también cambia, se valora más la disciplina y
el apego a las reglas; muchas de las actividades del aula ocupan el mayor tiempo,
salen poco al patio o a otros espacios, el mobiliario y su disposición es diferente,
el uso de material didáctico está conformado principalmente por libros
de texto y cuadernos para actividades más formales, y suele haber una mayor
restricción sobre el préstamo de los libros de la biblioteca.
Cuando entran a la escuela primaria y tienen experiencias educativas
enriquecedoras, los niños avivan su desarrollo intelectual, se vuelven más curiosos,
quieren explorar y conocer todo, preguntan mucho y buscan que alguien
les hable sobre lo que desconocen. Si tienen las experiencias adecuadas comienzan
el camino que los lleva a consolidar sus capacidades físicas, cognitivas y
sociales.
Emerge la empatía y la solidaridad, aprenden a regular sus emociones,
a compartir, a esperar turnos, a convivir con otros, a respetarlos, a escuchar
y a opinar sobre distintos temas, a descubrir que son capaces de hacer, conocer,
investigar, producir.
En esta etapa es fundamental que los maestros dialoguen con los niños, que
se interesen por lo que sienten, piensan y opinan; que favorezcan la confianza y
la seguridad; que los niños sientan que hay un adulto que los escucha, entiende
y apoya. También es importante lograr que los niños verbalicen sus experiencias y
que expresen lo que hacen, cómo lo hacen, por qué y con qué finalidad.
La importancia del juego
Con frecuencia, la escuela primaria es más severa que su antecesor, el jardín de
niños, por esta razón se suele pensar que quienes asisten a ella son alumnos
cuyas únicas acciones válidas son la obligación de aprender y cumplir con sus
tareas. Bajo esta premisa, las escuelas, algunas veces, no tienen en cuenta que
estos “estudiantes” aún son niños para quienes el juego es un vehículo importante
de sus aprendizajes.
Durante el juego se desarrollan diferentes aprendizajes, por ejemplo, en
torno a la comunicación con otros, los niños aprenden a escuchar, comprender y
comunicarse con claridad; en relación con la convivencia social, aprenden a trabajar
de forma colaborativa para conseguir lo que se proponen y a regular sus
emociones; sobre la naturaleza, aprenden a explorar, cuidar y conservar lo que
valoran; al enfrentarse a problemas de diversa índole, reflexionan sobre cada
problema y eligen un procedimiento para solucionarlo; cuando el juego implica
acción motriz, desarrollan capacidades y destrezas como rapidez, coordinación
y precisión, y cuando requieren expresar sentimientos o representar una situación,
ponen en marcha su capacidad creativa con un amplio margen de acción.
El juego se convierte en un gran aliado para los aprendizajes de los niños,
por medio de él descubren capacidades, habilidades para organizar, proponer y
representar; asimismo, propicia condiciones para que los niños afirmen su identidad
y también para que valoren las particularidades de los otros.
Oportunidades de aprendizaje
Los niños que asisten a la escuela primaria conocen con mayor sistematicidad
el lenguaje escrito y sus usos en la vida diaria, este conocimiento le abre las puertas
a otros conocimientos:
la ciencia, las matemáticas, la naturaleza, la historia, la
geografía. En este periodo han de lograr un avance acelerado en el aprendizaje
y en el desarrollo de sus conocimientos, habilidades, actitudes y valores.
Las oportunidades de aprendizaje las brinda la familia, la comunidad y la
escuela. La familia enseña modelos de conducta mediante la interacción de cada
día, la comunidad enseña valores culturales y modos de relacionarse mediante
la vida de la calle y los medios de comunicación, la escuela enseña conocimientos
y capacidad de convivencia mediante las diversas actividades educativas y
los recreos.
La escuela tiene claramente definida su función social: propiciar aprendizajes
y lograr que los estudiantes adquieran conocimientos, y estos se logran en
todas las acciones, los espacios y las interacciones que se dan en ella.
Al convivir
con grandes y chicos, los niños desarrollan la capacidad para ponerse en la posición
del otro y entenderlo; con ello aprenden a generar empatía. A medida que
aprenden de sí mismos, del mundo natural y social, se valoran y cuidan, y poco a
poco amplían esta valoración hacia los otros y hacia el patrimonio natural, social
y cultural; al hacerlo, los niños desarrollan el sistema de valores que regirá su vida.
Los niños que asisten a la educación primaria se encuentran en una etapa
decisiva de sus vidas y si no se les brindan las condiciones adecuadas para su
aprendizaje “las consecuencias son nefastas, su desarrollo intelectual es deficiente
y pierden destreza para pensar, comprender y ser creativos; sus habilidades
manuales y sus reflejos se vuelven torpes, no aprenden a convivir satisfactoriamente,
a trabajar en equipo, a solucionar conflictos ni a comunicarse con facilidad
y pueden convertirse en personas angustiadas, dependientes o infelices”.
La salud, el crecimiento y el aprendizaje de los niños de entre 6 y 12 años
de edad depende, en gran medida, de que sus familias promuevan la cultura de
la prevención.
De no ser así, es la escuela en coordinación con instituciones
de salud cercanas la que debe proporcionarla.
Cuando los niños de esta edad
presentan desnutrición su posibilidad de aprender y jugar es menor y, por tanto,
el desarrollo de sus capacidades es limitada.
Si bien la intervención del docente desempeña un papel fundamental
para impulsar el aprendizaje de los niños, es importante reconocer que a sus
escasos seis años, al comenzar la educación primaria, los alumnos ya cuentan
con vastos conocimientos, los cuales pueden haber adquirido en una diversidad
de ambientes (en el preescolar, la familia o en su comunidad) y por múltiples
vías, como la escolaridad formal, el diálogo informal, los medios de comunicación,
entre otros. Los niños tienen mucho qué decir sobre lo que conocen,
preguntar sobre lo que les genera curiosidad, expresar sus ideas, hablar sobre
lo que los emociona y conmueve, aprender acerca de la convivencia con otros y
sobre los contenidos del currículo. Es tarea del profesor mantener y promover el
interés y la motivación por aprender y sostener, día a día, el derecho a una educación
de calidad en igualdad de condiciones para todos los niños a su cargo.
Asimismo, la educación pública tiene un carácter democratizador expresado
en ofrecer todo el apoyo a su alcance para lograr que los niños que acuden
a los planteles de educación primaria tengan las mismas oportunidades para
aprender permanentemente y en formar valores y actitudes que les permitan
desempeñarse con su máximo potencial en la sociedad actual, independientemente
de los contextos sociales y culturales de los que provengan.
¿Por qué es tan fundamental el primer ciclo?
A lo largo de los primeros dos grados de la educación primaria, los alumnos
afrontan el reto crucial de alfabetizarse, de aprender a leer y a escribir. Pero, la
alfabetización va más allá del mero conocimiento de las letras y sus sonidos,
implica que el estudiante comprenda poco a poco cómo funciona el código alfabético,
lo dote de significado y sentido para integrarse e interactuar de forma
eficiente en una comunidad discursiva donde la lectura y la escritura están inscritas
en diversas prácticas sociales del lenguaje, que suceden cotidianamente
en los diversos contextos de su vida.
Solo si remontan con éxito este reto y alcanzan un dominio adecuado de la
lectura y la escritura, contarán con la herramienta esencial para continuar satisfactoriamente
sus estudios. Es un proceso que necesita consolidarse al término del
primer ciclo de la educación primaria.
El grado en que se logre determinará en gran
medida el futuro académico de los estudiantes a partir del tercer grado de primaria.
Este reto tiene también implicaciones para el profesor, quien recibe en primer
grado un grupo totalmente heterogéneo, ya que los estudiantes llegan con
diferentes niveles de dominio de la lengua: mientras algunos pueden haber tenido
amplias oportunidades de experimentar con la lengua escrita disponibilidad de
libros, revistas, periódicos, lectores en voz alta y modelos adultos (o de hermanos
mayores) que realizan cotidianamente y con diversos fines variadas actividades
de lectura y escritura ; otros han tenido pocas ocasiones o han carecido de ellas;
y entre ambos polos se ubica cada alumno con diversos rangos de adquisición de
la lengua escrita.
Ante esta diversidad, el profesor debe diseñar e implementar
estrategias que promuevan que los grupos se nivelen sin que ningún alumno deje
de aprender. Por ello, es muy importante que los docentes que atiendan los dos
grados de este primer ciclo cuenten con la experiencia y las destrezas necesarias
para favorecer debidamente la alfabetización inicial de sus alumnos.
EDUCACIÓN SECUNDARIA
La educación secundaria, el tercer tramo de la educación básica, se conforma
de tres grados y contribuye a la formación integral de la población estudiantil
adolescente de 11 a 15 años de edad.
ADOLESCENTES Y ESCUELA EN MÈXICO
De acuerdo con los datos de la Encuesta intercensal del Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (INEGI), 2015,
52 México cuenta con aproximadamente ocho millones
y medio de adolescentes de entre 12 y 15 años, de los cuales más de un millón estudian
y trabajan, casi siete millones solo estudia, trescientos mil trabajan y medio
millón informan no realizar ninguna actividad. De los adolescentes de 12 a 15 años,
93.3% asisten a la escuela y ocho de cada diez cursan la educación secundaria.
Según el Sistema Nacional de Información Estadística Educativa, hasta
su última actualización, durante el ciclo 2015-2016 se matricularon en educación
secundaria 6 835 245 estudiantes, de los cuales 49.46% eran mujeres y 50.54%,
hombres.
TIPOS DE SERVICIO
Este nivel educativo, que alcanzó la obligatoriedad en 1993, cuenta con tres
tipos de servicio:
SECUNDARIA GENERAL
Que proporciona una formación humanística,
científica y artística. Se creó en 1926 para articular la educación
primaria con los estudios pre-universitarios.
SECUNDARIA TÈCNICA
Que además de la formación regular de
secundaria ofrece de manera obligatoria a sus estudiantes la capacitación
en un área tecnológica y al egreso, además del certificado de
secundaria, se daba a los estudiantes un diploma de auxiliar técnico
en una determinada especialidad. Este tipo de servicio se creó en los
años setenta del siglo pasado como una opción de capacitación para
el trabajo. A partir de este Plan, la oferta educativa en un área tecnológica
deja de ser obligatoria.
TELE-SECUNDARIA
Que atiende, con apoyo de un maestro generalista
por grupo, la demanda educativa en zonas, en especial, rurales e indígenas donde por causas geográficas o económicas no fue posible establecer
escuelas secundarias generales o técnicas. Desde su creación,
en 1968, se apoyó en transmisiones televisivas. En 2006 se renovó su
modelo pedagógico para dar más libertad a los maestros para usar los
materiales audiovisuales con una planeación propia y no con una pauta.
CULTURAS JUVENILES
Uno de los principios rectores del Plan es centrarse en el aprendizaje de los estudiantes,
de ahí la importancia de conocer a los adolescentes que cursan este
nivel. La adolescencia es una etapa integral y sigue en cada persona un ritmo y
una dirección propios, según su trayecto y los factores socio-económicos y culturales
que la rodean. En ese contexto, las escuelas secundarias constituyen un
punto de encuentro interarticular e intergeneracional, en el cual los adolescentes
construyen y reconstruyen su identidad, y al mismo tiempo son un espacio
de presión que refleja parte de las tensiones políticas, económicas, sociales y
culturales del contexto en que vive.
Actualmente, las culturas juveniles están influidas por el contexto tecnológico
y cultural que crea lenguajes y conocimientos en ocasiones incompatibles
con la cultura escolar, lo cual plantea un desafío pedagógico.
El gran reto de la
escuela secundaria es integrar la pluralidad de lenguajes y culturas, ampliar el
horizonte del acceso al conocimiento, garantizar la convivencia y el diálogo entre
ambas culturas. Las relaciones sociales de convivencia que se construyen en
el aula, entre el docente y sus estudiantes, tienen una importancia decisiva
en los aprendizajes y dependen del equilibrio entre el respeto a la autoridad y
los vínculos de confianza, cordialidad, respeto y gusto por el aprendizaje.
DIVERSIDAD DE CONTEXTOS
La heterogeneidad de los estudiantes es producto de la diversidad de contextos
geográficos, sociales, económicos y culturales. A las escuelas acuden estudiantes
provenientes de contextos diferentes, con experiencias de aprendizaje propias,
por ello, la intervención docente debe favorecer el aprovechamiento y enriquecimiento
de los saberes de los estudiantes a partir de sus diferencias.
Estas diferencias
no han de ser barrera para el aprendizaje; por el contrario, los maestros
habrán de encontrar en la diversidad la riqueza para nutrir los ambientes de
aprendizaje que propicien. Asimismo, es conveniente establecer nexos entre los
profesores, las familias y la localidad donde está ubicada la escuela.
ESCUELA LIBRE DE VIOLENCIA
Las escuelas son espacios que resultan de la interacción social entre los integrantes
de la comunidad escolar. Las dinámicas de convivencia están determinadas
por los valores, las normas y las formas de trabajo que predominan en la escuela,
así como por el contexto en el que se ubica esta. Es un espacio donde confluyen
diferentes formas de relación.
Ante la diversidad de relaciones establecidas
en la escuela secundaria, resulta necesario fomentar un modelo de convivencia
que, de acuerdo con el SEN, promueva, respete y garantice los derechos de
los adolescentes.
Las escuelas también son espacios donde repercuten los problemas
que se viven en los contextos sociales cercanos, la entidad o el país, los cuales
generan situaciones de violencia cuya solución demanda la participación de la
comunidad escolar. Para ello, se necesita analizar el origen de la violencia que se
vive en la escuela y convocar a directivos, docentes, familias y estudiantes para
transformar las relaciones interpersonales de la comunidad escolar. Es indispensable
desarrollar estrategias orientadas a la creación de espacios de expresión,
diálogo y apertura, participación responsable, transparencia y rendición
de cuentas. Construir ambientes seguros y estimulantes para el estudiantado
también favorece la solución no violenta de las diferencias, a partir del diálogo,
el establecimiento de acuerdos y el respeto a la dignidad y los derechos humanos.
De esta manera, se busca eliminar las expresiones de violencia, tanto en el
interior de las aulas, como en la escuela y su perímetro circundante, previniendo
la manifestación de conductas que atenten contra la integridad de las personas
y la comunidad escolar.
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